24 ene 2011

Formación para Docentes (II)

Formación continúa para la docencia: ¿para qué?
¿Es todo esto aplicable al mundo de la docencia, al de los profesores? Por supuesto y sin ninguna duda. No sólo es aplicable, resulta imprescindible que los maestros se reciclen para no perder la estela de sus propios alumnos que, cada vez más, están muy al día en cuanto a trabajo colaborativo y tecnología se refiere.
Hoy en día, cualquier estudiante puede poner en aprietos a un profesor con sólo consultar Google, con sólo echar un vistazo a un buen blog, con sólo acceder a la Wikipedia o a Youtube... La llamada Web 2.0 ha revolucionado muy profundamente el mundo de la enseñanza y eso está ahí, queramos verlo o no. Nuestros alumnos ya lo saben y lo usan.
En el proceso de eLearning, por ejemplo, los estudiantes pueden registrar y archivar informáticamente su trabajo y sus reflexiones. Estas quedan documentadas digitalmente (en imágenes y/o sonido y/o texto), almacenadas en la plataforma virtual de común acceso y toda la clase puede consultarlas, a la vez que graba las propias.
Entonces, el alumno pasa a ser una especie de profesor de otros alumnos (todos ven las aportaciones de todos). Incluso, a veces, los discípulos pueden ser maestros de sus propios maestros. Todo se desdibuja y se iguala. Esto supone otra ventaja pues se aprovecha, del mejor modo posible, el talento individual de cada miembro en beneficio de la comunidad. Una vez más, el talento al poder.
Esta misma forma de enriquecimiento global a base de aportaciones individuales, es otra enorme ventaja de la Web 2.0. Imagine el lector que hubiese podido aprender del número uno de su clase en Matemáticas (y no sólo del maestro). ¿No le hubiera gustado compartir sus reflexiones y ratos de estudio con el mejor alumno de su universidad, ese que tenía los esquemas más perfectos y resolvía los problemas tan o más rápido que el propio catedrático? ¿Qué tal saber qué pensaba, por ejemplo, el más brillante compañero del Máster?
¿Somos verdaderamente conscientes de la grandísima pérdida de conocimiento y tiempo que supone tener compañeros de clase que no pueden comunicar sus ideas y que están todo el tiempo tomando apuntes, en silencio? ¿Nos hemos parado a pensar lo que implica escuchar a un solo profesor, cuando toda la clase puede aportar y co-educar? ¿Nos percatamos de lo mucho que aprendemos (= descubrimos y nos sorprendemos) cuando oímos argumentar a otros discípulos que parten de la misma información de base que nosotros?
Los alumnos sí lo saben y exigen, cada vez más, que el profesor sea más un moderador, un facilitador, que un catedrático a la antigua usanza.
Ruego al lector que recuerde alguna ocasión en que, estando seguro de una idea, ha asistido a una argumentación inteligente de una tesis totalmente contraria. Todos hemos vivido esta experiencia, alguna vez. ¿No arrojaba una luz diferente a la cuestión? ¿No le ilustró y le permitió, al menos, volver a reflexionar? De alguna forma, ¿no le hizo más prudente o más humilde? ¿No le hizo descubrir algo, del problema, del contertulio que lo comentaba o incluso de sí mismo?
¿Para qué deben formarse los profesores actuales? Para no quedar obsoletos frente a sus alumnos. Siento decirlo así de claro pero es la verdad.
Formación continúa para profesores: ¿en qué?
Si los alumnos piden más diálogo, más criterios y menos reglas firmes, si quieren más apertura y colaboración, y menos dogmas, los profesores deben reciclarse y formarse continuamente en las nuevas herramientas tecnológicas que permiten todo eso, y que podríamos agrupar bajo estas temáticas:
  • eLearning o docencia virtual.
  • Web 2.0 y trabajo colaborativo.
  • Gestión del conocimiento.
  • Redes sociales.
  • Nuevos soportes: iPad, eBook, etc. 
  • Genéricamente, uso eficaz para la docencia de Internet y las Nuevas Tecnologías.

1 comentario:

  1. Excelente, gracias Jaime por la invitacion a seguir tu blog. Por supuesto que es necesaria la actualizacion para todos a quienes nos gusta la docencia, sobre todo por la apatia que parece generalizarse en todas las facultades. Ironico que en nuestra era de comunicaciones y avances tecnologicos las nuevas generaciones de estudiantes de medicina, desaprovechan estas ventajas y cada día viven mas "al suave".

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