20 mar 2011

Bases educativas para el siglo XXI

La aldea global mundializó todo, las relaciones entre los países, el comercio, las comunicaciones y el conocimiento. La aldea global es una aldea sin fronteras, pues rompió los límites territoriales, dejándolos solamente como simples fronteras de soberanía. El mundo se comunica hoy en día y hace negocios sin necesidad de viajes, ni pasaportes. Las telecomunicaciones lo han cambiado todo.
Este hecho de trascendencia inmensurable traspasó la era de la revolución industrial para colocarnos en la era de las telecomunicaciones mucho más allá de la revolución de la información. Las autopistas de la información, con la Internet como el hecho histórico del siglo XX están produciendo cambios en la sociedad antes no imaginados.
Con la llegada de la Internet, las barreras entre la escuela y el mundo exterior empiezan a colapsar a medida que profesores y alumnos establecen conexiones directas en un foro que oculta sus edades y los presenta como homólogos virtuales.
Las nuevas tecnologías deben ser miradas como instrumentos o medios para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Cuando se enfoca la Internet como instrumento para el aprendizaje.

Presentar un proceso formativo en entornos virtuales hace necesario incorporar varios elementos en el proceso de planificación curricular:
  1. El modelo constructivista de educación, que establece que la información es percibida por el alumno, la contrasta con sus conocimientos previos y la reconstruye pasando de la instrucción a la construcción, del refuerzo al interés por aprender, de la obediencia a la autonomía, de la pasividad a la actividad mental, y de la coerción a la cooperación; promoviendo el interaprendizaje y convirtiéndose en cimiento del trabajo colaborativo.
  2. Los estilos de Aprendizaje de los alumnos promueven un colorido abanico de opciones, lo que hace que el profesor tenga como reto llegar a todos sus alumnos con el mismo nivel de eficiencia.
  3. Así como el aprendizaje situado, es decir, que el contenido formativo debe ser contextualizado y que el alumno se introduzca en ese contexto para vivir y proyectarse en su próximo campo de trabajo técnico-profesional. Responde a dos premisas: El realismo, dónde el contexto es veraz y el alumno puede percibirlo; y la complejidad, poniendo al alumno en contacto con problemas reales de diferentes niveles de dificultad. Ambos elementos promueven el pensamiento crítico y creativo, el aprendizaje por descubrimiento y la memoria a largo plazo.


El reto es grande pero alcanzable, se requiere de voluntad de cambio y enrumbar la educación de este siglo para la formación de nuevos profesionales, cada vez más competitivos.

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