22 feb 2011

La motivación estudiantil

A cualquier edad, la motivación del estudiante es un factor clave para el aprendizaje, por eso resulta importante entender porqué tan frecuentemente en los adolescentes desciende la motivación y con ella el desempeño escolar, especialmente al pasar de primaria a secundaria.
Hay quienes piensan que esta decadencia es causada principalmente por los cambios psicológicos y fisiológicos asociados con la pubertad, mientras que otros sostienen que es causada por las características desfavorables del ambiente de aprendizaje en los colegios secundarios.
Un primer factor que influye en la motivación estudiantil es la propia historia escolar. Cuando los estudiantes acumulan experiencias de fracaso en la escuela, es difícil que quieran persistir en el intento de tener éxito.
Ellos tienden a creer que su bajo desempeño se debe a factores que están fuera de su control y no le encuentran sentido a desear mejorar. En contraste, si los estudiantes atribuyesen su bajo desempeño a la falta de una habilidad importante recuperable, serían más propensos a persistir en el futuro.

La motivación en el aula
La motivación: es una atracción hacia un objetivo que supone una acción por parte del sujeto y permite aceptar el esfuerzo requerido para conseguir ese objetivo. La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas. Constituye un paso previo al aprendizaje y es el motor del mismo. La ausencia de motivación hace complicada la tarea del profesor. También decir que la falta de motivación por parte del alumno queda a veces fuera del alcance del profesor.

Los tipos de motivación
Antes de explicar los distintos tipos de motivación debemos comentar que éstos se basan en los factores internos y externos que engloban al alumno.

Podemos clasificar la motivación en cuatro tipos:
1. Motivación relacionada con la tarea, o intrínseca: la asignatura que en ese momento se está estudiando despierta el interés. El alumno se ve reforzado cuando comienza a dominar el objeto de estudio.
2. Motivación relacionada con el yo, con la autoestima: al intentar aprender y conseguirlo vamos formándonos una idea positiva de nosotros mismos, que nos ayudará a continuar con nuestros aprendizajes. Las experiencias que tienen los alumnos van formando poco a poco el autoconcepto y la autoestima. Es el deseo constante de superación, guiado siempre por un espíritu positivo.
3. Motivación centrada en la valoración social: la aceptación y aprobación que se recibe por parte de las personas que el alumno considera superiores a él. La motivación social manifiesta en parte una relación de dependencia hacia esas personas.
4. Motivación que apunta al logro de recompensas externas: en este caso estamos hablando de los premios, regalos que se reciben cuando se han conseguido los resultados esperados.

Para saber cómo motivar debemos considerar algunos de los siguientes aspectos:
a. Explicar a los alumnos los objetivos educativos que tenemos previstos para esa sesión.
b. Justificar la utilización de los conocimientos que les intentamos transmitir con las actividades que les vamos a plantear.
c. Plantearles las actividades de forma lógica y ordenada.
d. Proponerles actividades que les hagan utilizar distintas capacidades para su resolución.
e. Tomar los errores como nuevos momentos de aprendizaje y como momentos enriquecedores.
f. Fomentar la comunicación entre los alumnos y las buenas relaciones, realizando tareas de grupo.
g. Plantear el razonamiento y la comprensión como la mejor herramienta para la resolución de actividades y conflictos.
h. Aplicar los contenidos y conocimientos adquiridos a situaciones próximas y cercanas para los alumnos.

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